El presidente argentino Javier Milei, quien ya había expresado sus intenciones de privatizar las empresas de comunicación públicas, anunció el cierre de la agencia nacional de noticias Télam. Esto fue dicho durante su discurso de apertura de sesiones ordinarias de las cámaras de diputados y senadores realizado el viernes en horas de la noche, tras lo cual el Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA) y la Federación Argentina de Trabajadorxs de Prensa (FATPREN) anunciaron un abrazo simbólico a las instalaciones de la agencia ubicadas en el centro de la capital argentina. Durante la madrugada, colegas de Télam informaron a ambas organizaciones sindicales que las fuerzas de seguridad estaban vallando las inmediaciones del edificio y lxs trabajadorxs comenzaron a recibir correos de la empresa informando que no debían presentarse a trabajar por los próximos siete días. A quienes se presentaron a cumplir tareas, se les impidió el ingreso. La web de la agencia dejó de funcionar y cuando se intenta ingresar, aparece un mensaje que alerta que el sitio se encuentra en “reconstrucción”.
La agencia Télam funciona desde hace 78 años y tiene oficinas en todo el territorio, desde donde se realiza una cobertura federal que es un insumo de utilización cotidiana por todos los medios de comunicación del país, tanto públicos como privados, cooperativos, independientes y comunitarios. Es también la fuente de información utilizada por medios y agencias a nivel internacional. Carla Gaudensi, secretaria general de FATPREN y trabajadora de Télam, aseguró que el cierre de la agencia es ilegal porque esta decisión solo puede ser tomada por el Congreso. Esto fue confirmado también por diputadxs nacionales.
El presunto cierre y las acciones que está tomando el gobierno desde el anuncio son un ataque directo a la libertad de prensa y al derecho a la información de toda la población. A la posibilidad de que un medio federal deje de informar se le suman los más de 700 puestos de trabajo que peligran, lo cual también degrada de forma irreparable las condiciones de la libertad de expresión en el país. La violencia, tanto tangible como simbólica, con la que se está imponiendo este cierre ilegal, es una forma de disciplinamiento que busca amedrentar al resto de lxs trabajadorxs de los medios públicos. La Federación Internacional de Periodistas y la Federación de Periodistas de América Latina y el Caribe rechazan el cierre de la agencia Télam y todas las maniobras de aleccionamiento a las que están sometiendo a sus trabajadorxs, y demandan que se de marcha atrás de forma inmediata en esta decisión unilateral que atenta contra dos pilares fundamentales de cualquier sistema democrático: el derecho a la información y la libertad de expresión.