Myanmar: "Incluso antes de salir de Myanmar, tuve que mantener en secreto mi profesión de periodista"

Naw Betty Han es una periodista birmana de Frontier Myanmar. Informaba en Myanmar antes del golpe militar de 2021, que hizo del país un lugar cada vez más peligroso para el ejercicio del periodismo. En 2020, mientras investigaba una multimillonaria inversión china en la frontera entre Tailandia y Birmania, ella y un fotógrafo fueron detenidos por una milicia patrocinada por el ejército birmano. Fueron enmascarados, esposados, conducidos a una plantación de caucho y golpeados, antes de ser finalmente liberados. La periodista Naw Betty Han comparte desafío que supone para las mujeres periodistas informar en un entorno político tan polarizado y proporciona consejos sobre seguridad para las periodistas que informan desde zonas de conflicto.

[Translate to Spanish:] Credit : Naw Betty Han

Informaba desde Myanmar antes del golpe de estado y fue detenida antes de la toma del poder por parte de los militares en 2020 mientras investigabas una inversión china multimillonaria. ¿Cómo ha cambiado esta detención su forma de hacer periodismo y de informar sobre temas delicados?

Después de que me detuvieran en la frontera tailandesa y me pusieran en libertad, mis padres me pidieron que dejara de trabajar como periodista. En aquel momento les prometí que no volvería a cubrir casos tan peligrosos y les dije que no volvería a correr el riesgo de que me detuvieran. Mis padres estaban preocupados por mí y querían que dejara mi trabajo. Más tarde, seguí informando sobre el proyecto Shwekkol y los negocios relacionados con la Guardia de Frontera. Mi detención me motivó a averiguar más sobre estos temas. Pensé que continuar informando era más importante que dejar de trabajar porque me habían arrestado. En el trabajo, me volví mucho más cuidadosa que antes. Fui muy prudente en cuestiones de seguridad mientras continuaba con mis investigaciones. Mi detención fue un buen ejemplo para que la agencia de noticias donde trabajaba y mis colegas tuvieran mucho más cuidado con su seguridad a la hora de informar. Actualmente, sigo escribiendo artículos de investigación desde Chiang Mai (Tailandia). A veces viajo a ciudades fronterizas y hago reportajes sobre el terreno.

La represión de la libertad de prensa y expresión continúa en Myanmar.  Los militares están revocando licencias e ilegalizando medios de comunicación independientes, lo que ha dificultado que muchos periodistas encuentren trabajo remunerado. ¿Cómo ha afectado esto a las mujeres periodistas específicamente?

Tras el golpe militar, el Consejo Militar atacó duramente al sector de los medios de comunicación. Se detuvo injustamente a periodistas, y entre los detenidos había muchas mujeres periodistas. Las periodistas detenidas se enfrentan a maltrato físico, juicios ilegales y daños psicológicos. Los/as periodistas detenidos/as están recibiendo tratamiento por lesiones físicas y psicológicas, y los/las que aún no hemos sido detenidos, seguimos lidiando con muchos traumas causados por el Consejo Militar. Los y las periodistas han sido testigos de violentas palizas, detenciones, tiroteos y asesinatos de manifestantes delante de sus propios ojos.

Ha dicho en varias ocasiones que, a pesar de la represión y el peligro que supone ser periodista en Myanmar, no dejaría de hacer periodismo. ¿Cómo ejerce su profesión y garantiza su seguridad al mismo tiempo?

Como periodista en Myanmar, no tienes prácticamente ninguna garantía de seguridad. Antes del golpe militar, la vida de los y las periodistas era insegura. A mí me detuvieron antes de que los militares tomaran el poder, y hay muchos otros periodistas que fueron detenidos antes de que los militares tomaran el poder. Desde que me convertí en periodista, me he dado cuenta de que en Myanmar es un trabajo peligroso, y de que es mejor estar preparada y ser cauta cuando se recibe cualquier tipo de noticia. Todavía es posible que te detengan, así que es mejor tomar precauciones de seguridad cuando se trabaja. Tras el golpe de Estado, la situación empeoró. Antes era peligroso cubrir las noticias, pero tras el golpe militar, ser periodista se volvió muy peligroso, y se ha llegado a una situación en la que te pueden detener en cualquier momento. Incluso antes de irme de Myanmar, tuve que mantener en secreto mi profesión de periodista, y cuando preguntaban a mis padres por mí, a menudo decían que había dejado de trabajar como periodista hacía mucho tiempo.

¿Tiene algún consejo sobre seguridad para compartir con otras periodistas que informan desde zonas de conflicto?

Cuando se informa desde zonas de conflicto, es importante entender la situación que se da en ese territorio y mezclarse con los que están allí. También debes encontrar amigos cerca que puedan ayudarte cuando tengas un problema, y procurar mantenerte en contacto con tus fuentes de información y con un redactor o colega de tu agencia de noticias. También debes determinar un código con tu agencia de noticias, y trabajar cuidadosamente en un plan B por adelantado en caso de surja una emergencia.

¿Por qué cree que es importante la participación de las mujeres en la cobertura de la guerra?

Si hay una guerra, no sólo los hombres son quienes tienen que participar. También las mujeres. En la actual revolución de Myanmar, el papel de las mujeres también es muy importante. Mujeres soldados, mujeres médicas, mujeres periodistas, mujeres activistas y otras mujeres también están apoyando la gran revolución. Gracias a la capacidad y participación de las mujeres, el proceso revolucionario de Myanmar ha podido avanzar con bastante eficacia. Entre las personas que trabajan en los ministerios de la Unión nombrados por el Gobierno de Unidad Nacional, sigue habiendo muchas mujeres ministras. Esto demuestra que las mujeres están involucradas en la revolución y que su participación tiene impacto.

¿Cuáles son las necesidades más apremiantes de las periodistas birmanas en este momento?

Las necesidades más urgentes son las oportunidades de empleo. Cuando las mujeres periodistas son detenidas y puestas en libertad, les resulta difícil seguir ejerciendo su profesión. Las periodistas que han entrado ilegalmente en la frontera y huyen también se enfrentan a dificultades económicas, ya que pueden encontrar trabajo fácilmente. Por eso, lo segundo que necesitan es ayuda económica. Me refiero a las periodistas que tienen dificultades para encontrar trabajo y están desempleadas.

¿Algún mensaje que quiera transmitir a las mujeres periodistas del mundo con motivo del 8 de marzo?

Las mujeres periodistas que se sacrificaron para informar durante el proceso revolucionario de Myanmar han demostrado que pueden trabajar igual que los hombres periodistas. Como mujeres, podemos seguir empoderando a más mujeres haciendo lo mejor que podamos desde donde estamos y demostrando que nuestras acciones tienen un impacto positivo.

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