La pandemia del Covid-19 ha alterado la forma de trabajar de los/as periodistas. ¿Cuáles son las oportunidades y peligros que nos presenta el teletrabajo?

El teletrabajo presenta muchas oportunidades para los trabajadores/as. Sin embargo, creemos que conjugar el trabajo presencial con el teletrabajo es la mejor manera de exprimir las ventajas del trabajo a distancia, ya que tiene puntos positivos para todas las partes. Para el trabajador, por ejemplo, le supone ahorrarse todo el tiempo no retribuido que se emplea en ir al lugar de trabajo y que puede ser muy costoso. Evitamos el estrés, ansiedad, tráfico etc. Además, aunque el teletrabajo no es una forma en sí misma de conciliación, puede favorecerla si va junto a otras medidas. También hay bondades para las empresas. Hay estudios que dicen que con un modelo mixto de teletrabajo y trabajo presencial se consigue más productividad. Por otro lados los accidentes laborales se reducen. Evitamos el estrés, ansiedad, tráfico etc.

Diría incluso que este modelo es bueno para el conjunto de la sociedad, ya que se reduce el impacto sobre el medioambiente y puede ayudar a solucionar el problema de la España vaciada, ya que permite el teletrabajo fuera de las grandes ciudades.

Sin embargo, también se nos presentan riesgos. Un teletrabajo permanente puede generar desarraigo, aislamiento social, que son peligrosos para la salud mental. También hay empresas que se han manifestado a favor de las dos modalidades de trabajo porque el teletrabajo puede impedir procesos de innovación que se basan en la cooperación entre trabajadores.

Otro riesgo es que el teletrabajo se convierta en una forma de ocultar relación laboral. En sectores en los que hay muchos freelances y falsos autónomos, como el de los medios, el teletrabajo puede hacer que la figura del falso autónomo se extienda. Es necesario articular mecanismos y herramientas sistemáticas e integrales para el conjunto de sectores que ayuden a luchar contra la precariedad y vulnerabilidad laboral. Las fuerzas que empujan a más falsos autónomos son muy potentes y hay que combatirlas conjuntamente.

Por último, a nivel sindical, existe el reto de organizar a trabajadores/as dispersos. Todos estos riesgos y amenazas fueron discutidos en la mesa de negociación, y han sido recogidos en el texto.

En muchos casos, la transición de redacciones físicas al teletrabajo se ha dado entornos en los que esta forma de trabajo carecía de regulación. ¿Por qué es importante desarrollar marcos legales sobre el teletrabajo claros y garantistas de derechos?

Nosotros ya teníamos experiencia previa en negociación colectiva para el teletrabajo. Le damos un papel muy importante a la negociación colectiva para transformar la regulación general a situaciones concretas. Por eso creemos que era oportuno pasar del teletrabajo improvisado durante la pandemia a uno que garantice los derechos de los trabajadores/as. 

Como sindicato, ¿qué elementos consideráis que son cruciales a la hora de legislar sobre el teletrabajo?  

Trabajamos en una regulación que incluya cuatro principios básicos. Primero, la voluntariedad: el teletrabajo debe ser voluntario tanto para trabajadores/as como para empresas.

Segundo, el ejercicio de la reversibilidad: una persona que decide teletrabajar durante un tiempo debe tener la opción de volver al trabajo presencial.

El tercer principio es la no discriminación, es decir, no se debe diferenciar entre trabajadores presenciales y teletrabajadores. El empleador debe proporcionar los equipos de trabajo y cubrir los gastos que asume el trabajador al trabajar desde casa. El teletrabajo no puede ser una forma de las empresas de eludir sus responsabilidades. Otro elemento fundamental es el derecho a desconectar ya que se afrontan jornadas laborales maratonianas. Se debe garantizar el derecho a la desconexión digital.

Por último, nosotros concebimos como buena práctica de teletrabajo que éste sea complementario con el trabajo presencial, es decir, conjugar los dos. Existen riesgos y amenazas si se trabaja permanentemente de forma remota, tales como el desarraigo o el aislamiento.

¿Qué problemas de ciberseguridad pueden producirse al trabajar desde casa? ¿Cómo se pueden solucionar?

Se deben establecer protocolos sobre ciberseguridad, ya que la empresa es responsable de esta cuestión. Los protocoles deben ser participación de los trabajadores. Hay mucho que trabajar en ese sentido aunque ya existen protocolos sobre el uso de material de empresa y software para garantizar la ciberseguridad.

Otro tema son las bajas y accidentes de trabajo: cualquier accidente en casa responde a un accidente laboral, ese es el centro de trabajo actual, y como tal cualquier incidente ocurre ahí.