"El caso sigue en la fiscalía. Se trata de una investigación y no se sabe cuánto tiempo durará. En Polonia, las investigaciones en casos de gran envergadura pueden prolongarse hasta varios años", ha declarado su abogado polaco, Bartosz Rogała. "En mi opinión, el caso llegará al tribunal como muy pronto a mediados de este año."
"En Polonia no hay plazos máximos de detención", ha señalado el Sr. Rogala. "La detención preventiva, incluso durante varios años, es habitual en casos importantes. Si alguien procede del extranjero, el tribunal suele reconocer que existe temor de fuga, que es uno de los motivos de la detención," concluye el abogado.
La defensa del periodista ha recurrido las cuatro decisiones del tribunal de prolongar la detención preventiva. Hasta el día de hoy, no hay fecha de juicio a la vista, ni se han hecho públicas pruebas contra él.
En la madrugada del 28 de febrero de 2022, González fue detenido por agentes del Servicio de Seguridad Polaco (ABW), el servicio de contrainteligencia de Polonia, en la frontera entre Polonia y Ucrania, donde estaba cubriendo la crisis humanitaria, tras la invasión rusa de Ucrania.
Las autoridades polacas alegaron que el reportero, de nacionalidad española y rusa, estaba en posesión de dos pasaportes con nombres diferentes. La cuestión se aclaró rápidamente, ya que el pasaporte ruso de González le identifica como Pavel Rubtsov, utilizando el apellido de su padre; y su documento español como Pablo González Yagüe, utilizando los dos apellidos de su madre.
El 8 de marzo de 2022, la FIP y la FEP presentaron una alerta a la Plataforma para la Protección del Periodismo del Consejo de Europa, que hasta la fecha no ha recibido respuesta de las autoridades polacas.
En septiembre de 2022, González presentó una denuncia ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos por violación de sus derechos y, en particular, por su clasificación como 'preso peligroso'. Aunque ya no está clasificado como tal, el reportero permanece en el mismo departamento del sistema penitenciario para presos peligrosos, lo que significa que está aislado 23 horas al día, permanece esposado al salir de su celda y está sometido a una estricta vigilancia durante todo el día.
La Asociación #FreePabloGonzález, creada por sus familiares y amigos, ha denunciado la falta de transparencia e información sobre al caso. "La comunicación con él es muy limitada. Sus cartas tardan unos tres meses en llegar de Polonia a España. Su mujer y madre de sus hijos, Oihana Goiriena, pudo visitarlo por primera vez a finales de noviembre, tras nueve meses en la cárcel", ha explicado su amigo y portavoz de la asociación, Juan Teixeira. "Ningún otro periodista en la Unión Europea está detenido en otro Estado miembro en estas condiciones", ha sentenciado.
González, especializado en el mundo postsoviético, colaboraba habitualmente con el diario español Público e informaba sobre la crisis de los refugiados en la frontera polaco-ucraniana para varios medios españoles, entre ellos La Sexta.
"La puesta en libertad del periodista Pablo González es una exigencia ética, especialmente en un país de la UE que supuestamente defiende la libertad de expresión,” ha declarado Miguel Ángel Noceda, presidente de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE). “Pedimos una vez más a las autoridades polacas que resuelvan la situación con las máximas garantías jurídicas y en favor del periodista español tras un año de oscurantismo."
La Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO ha dicho: “Es inaceptable que un estado detenga a un periodista de una forma arbitraria y, por lo tanto, instamos tanto al Estado Español como a la Unión Europea a que hagan todo lo que está en sus manos para acabar de una vez por todas con esta injusticia [...] Un Estado que no garantiza la libertad de prensa y la seguridad de los periodistas no puede considerarse una verdadera democracia."
Agustín Yanel, secretario general de la Federación de Sindicatos de Periodistas (FeSP), ha afirmado: "Es inaudito y totalmente rechazable que un Estado miembro de la UE que dice ser democrático mantenga en prisión a Pablo González desde hace un año, sin juzgarlo y sin respetar los más elementales derechos que debe tener cualquier persona detenida. “Las autoridades de Polonia deben poner a González en libertad provisional con urgencia y garantizar que tendrá un juicio justo con todas las garantías."
Por su parte, desde la Agrupación de Periodistas de UGT han insistido en que es inadmisible que un Gobierno que se dice democrático, en este caso el polaco, pueda tener un preso en situación preventiva durante un año. Pedimos la puesta inmediata en libertad de Pablo González y que se le juzgue con todas las garantías y con el apoyo consular del Gobierno de España.”
En una declaración conjunta, la FIP y la FEP han renovado su llamamiento al gobierno polaco para que retire todos los cargos contra el periodista y lo libere de inmediato. “Es inaceptable que un estado miembro de la Unión Europea detenga a un periodista de una forma tan arbitraria. Es un ataque a la libertad de prensa y a la democracia."