Entre las diferentes recomendaciones enumeradas en la Plataforma, la FIP insta a los gobiernos a que inicien inmediatamente negociaciones con la GAFAM - Google, Apple, Facebook, Amazon, Microsoft - para recaudar un impuesto sobre los ingresos que generan en su territorio nacional. Este impuesto estratégico debería utilizarse para apoyar el periodismo de calidad e independiente después de la pandemia.
Jeremy Dear es el secretario general adjunto de la FIP. Hablamos con él sobre por qué se debe aplicar este impuesto al GAFAM y de cómo éste podría ayudar a salvar a la prensa.
¿Por qué cree que es urgente negociar con el GAFAM para tratar de reequilibrar el mercado de los medios?
Simplemente porque estas empresas, sobre todo Google y Facebook, obtienen enormes beneficios del trabajo de los/as periodistas y de los medios de comunicación independientes, privando a los medios de ingresos publicitarios y evadiendo el pago de impuestos.
Entre ellos, Facebook y Google se llevan alrededor del 61% de todo el gasto en publicidad digital - una cifra que crece año tras año. Sólo Facebook obtuvo más de 20 mil millones de dólares de ganancias en 2018. Sus ingresos en 2019 superaron los 70 mil millones de dólares.
Al mismo tiempo, los medios independientes, y sobre todo los medios locales, están necesitados de inversiones y se están creando desiertos de noticias. A medida que los medios de comunicación pierden ingresos, recortan puestos de trabajo, es decir, se pierden periodistas. Se reducen las páginas de los periódicos o su número de ediciones o se fusionan las cabeceras. Se cierran emisoras de radio o se recorta la programación de noticias en la televisión.
Todo esto nos deja un panorama desolador en el que no queda nadie que pregunte, que haga rendir cuentas al poder local, que investigue casos de corrupción, para defender el interés público. Esta situación representa un déficit democrático.
Esto ha estado sucediendo durante años, con un vaciamiento de los medios de comunicación. La pandemia de la Covid-19 ha empeorado mucho y muy rápidamente esta situación.
Por otro lado, resulta irónico que esto esté ocurriendo ahora que los medios de comunicación están viendo crecer sus audiencias y que en cambio, son los gigantes tecnológicos los aumentan sus ingresos.
¿Qué proponen la FIP y sus afiliados para hacer con los fondos de los impuestos de la GAFAM?
Lo que queremos es que los gigantes de la tecnología paguen una parte justa. Es una cuestión de justicia fiscal. Estas empresas actúan como editores de noticias y deberían ser regulados y gravados como tales. Creemos que un impuesto sobre los servicios digitales generaría una enorme cantidad de recursos para ayudar tanto al periodismo independiente a sobrevivir frente a la crisis como a construir un nuevo modelo de periodismo independiente en el que la información no sea una mercancía de compra-venta para fondos de inversión y empresas, sino un derecho que debería estar al alcance de todos/as los ciudadanos y comunidades.
En este momento, Google y Facebook están tratando de presentarse como santos y salvadores al otorgar subvenciones a medios de comunicación que ellos deciden. Todo esto son migajas y lo rechazamos. Simplemente queremos que paguen la parte que les corresponde. Las seis grandes empresas de tecnología de EE.UU. han sido acusadas de "evitar de forma agresiva" el pago de 100.000 millones de dólares en impuestos globales durante la última década. ¡Esto debe terminar!
Creemos que un fondo mundial, gestionado por representantes de medios de comunicación y organizaciones de periodistas, con la misión de promover los medios de interés público puede crear un futuro sostenible para los medios de comunicación y garantizar a los ciudadanos su derecho a medios de comunicación independientes y plurales.
Estos medios serían una fusión de medios de servicio público y privados, con y sin fines de lucro, financiados dentro de un marco de interés público. EL nuevo modelo protegería al periodismo de fondos de inversión o gigantes tecnológicos que destruyen los medios que consideran no rentables o prescindibles, proporcionaría trabajo digno a los periodistas y haría que el poder rindiera cuentas.
¿Qué papel desempeñan los gobiernos centrales y la Unión Europea en esta cuestión?
El dinero está ahí, lo único que falta es voluntad política. Durante años, los gobiernos han tenido miedo de los gigantes tecnología. Ahora vemos algunos pequeños pero alentadores signos de que está cambiando. La pandemia ha hecho que los ciudadanos - y los políticos - se den cuenta del valor e importancia de los medios de comunicación. Los medios de comunicación de interés público son un bien público y necesitan medidas que lo apoyen.
Varios gobiernos han comenzado a estudiar impuestos o gravámenes sobre los servicios digitales. Los sindicatos de muchos países están presionando a sus gobiernos para que actúen ya. La UE podría desempeñar un papel muy importante en esto: si los gobiernos nacionales temen el poder de los gigantes de la tecnología, una respuesta unida de la UE ofrecería protección y garantías ya que el tamaño de la UE como mercado haría que las empresas tecnológicas tendrían menos poder de negociación e intimidación.
Algunos países están estudiando alternativas para permitir que los medios negocien colectivamente con las plataformas digitales. Australia, la Unión Europea y varios países europeos individuales ya han avanzado en esta dirección, y en los Estados Unidos está pendiente una legislación similar.
El problema es que estos movimientos pueden favorecer la supervivencia de las grandes cadenas de medios corporativos a expensas de los medios más pequeños y hace poco por construir nuevos medios.
Durante la pandemia del coronavirus, el sector de los medios se ha enfrentado a un duro golpe: ¿cree usted que las repercusiones son también una oportunidad para formular una nuevo modelo mediático?
Tienen que ser así. De lo contrario, los desiertos de noticias crecerán y numerosos casos de fraude, corrupción y crimen quedarán sin contar así como también información vital sobre la salud, el cambio climático, la educación y las autoridades locales.