Las normas propuestas, aprobadas el 20 de octubre, pretenden prohibir a las organizaciones de noticias "socavar la seguridad nacional, el orden público o servir de base para la propaganda enemiga". Aunque la normativa parece estar dirigida al funcionamiento del canal qatarí Al Jazeera, la FIP teme que también pueda utilizarse para cerrar otros medios de comunicación que operan en Israel y en los territorios palestinos ocupados.
Según el periódico Times of Israel, "el ministro de Comunicaciones -en acuerdo con el ministro de Defensa- podrá ordenar a los proveedores de televisión que dejen de emitir el medio de comunicación en cuestión; cerrar sus oficinas en Israel, confiscar sus equipos y cerrar su sitio web o restringir el acceso a su sitio web, dependiendo de la ubicación de su servidor".
Los medios de comunicación y los y las periodistas han tenido dificultades para cubrir la guerra entre Israel y Gaza desde su inicio, el 7 de octubre, cuando Hamás lanzó un ataque sin precedentes en el sur de Israel. En respuesta, Israel tomó represalias con ataques aéreos sobre la asediada Franja de Gaza y declaró formalmente la guerra a Hamás. Los medios de comunicación extranjeros y locales se enfrentan a numerosas restricciones, como amenazas a la seguridad, cortes de electricidad e Internet y temores emocionales.
Al menos 16 periodistas palestinos, 3 israelíes y un libanés han perdido la vida. La FIP está verificando los informes de otras víctimas en la franja de Gaza. Varios trabajadores y trabajadoras los medios de comunicación también han resultado heridos y otros están desaparecidos. Muchas oficinas de medios de comunicación en Gaza han sido destruidas.
La última decisión del gobierno israelí de restringir la libertad de prensa es otro golpe para la comunidad periodística internacional y el derecho del público a saber.
El Secretario General de la FIP, Anthony Bellanger, ha declarado: "Estamos profundamente preocupados por el intento de Israel de censurar la cobertura mediática del actual conflicto entre Israel y Gaza utilizando la seguridad nacional como excusa para restringir a los medios críticos que no confirman su narrativa de la guerra. Se trata de un claro ataque al pluralismo de los medios de comunicación y al derecho del público a saber. Debe permitirse al mundo entero ver lo que está ocurriendo en el conflicto en curso e instamos a Israel a que revise su decisión".