Anunciada en un tweet el pasado 30 de abril por la censurada portavoz del gobierno francés, Sibeth Ndiaye, la página web "désinfox coronavirus", que recogía una selección de artículos de “calidad” y verificación de hechos de varios medios sobre el Covid-19, provocó una reacción instantánea de toda la profesión. La protesta sindical llegó el pasado 2 de mayo a través de un comunicado de prensa de los dos afiliados franceses de la FIP, la SNJ y la SNJ-CGT.
Ambos sindicatos denunciaron la iniciativa como un intento inaceptable de controlar políticamente la información: "¿Con qué derecho el gobierno se permite decidir qué es "buena" y "mala" información?, denunciaron. “La calidad de los artículos que aparecen en esta página, publicados, de momento, por solo cinco medios de comunicación - Libération, 20 Minutes, FranceInfo, AFP y Le Monde-, no está en cuestión. ¿Pero qué pasa con los artículos sobre la gestión de la pandemia, publicados por estos mismos medios o por otros, que señalan la falta de preparación del estado, la triste situación de la sanidad pública, la improvisación total para la reapertura de las escuelas, etc.? ¿Tendrán el honor de ser citados en "Désinfox Coronavirus"?
Al día siguiente, domingo 3 de mayo, el Día Mundial de la Libertad de Prensa, 36 asociaciones de periodistas (SDJ) y sociedades editoriales (SDR) siguieron los pasos de los sindicatos y firmaron una columna en el periódico Le Monde: "La prensa francesa es independiente del estado y el poder político. Incluso debe ejercer, en su pluralidad y bajo el ojo crítico de sus lectores, oyentes y televidentes, su papel como contrapoder. Como subrayó el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, los periodistas son los guardianes de la democracia".
Llamamiento de emergencia
El golpe definitivo fue finalmente dado por el SNJ el lunes 4 de mayo, cuando un recurso urgente ante el Consejo de Estado - "una solicitud provisional (une requête en référé-liberté)” - pidiendo al Consejo que ordene al Primer Ministro eliminar definitivamente la página "désinfox coronavirus".
Al día siguiente, martes 5 de mayo, el ministro de cultura, Franck Riester, defendió vagamente la iniciativa ante la Asamblea Nacional antes de anunciar que la página sería eliminada del sitio web del gobierno.
Toda la profesión, liderada por los sindicatos de periodistas profesionales y sus representantes, ha torcido el brazo de un gobierno que da palos de ciego sobre las cuestiones de libertades en medio del proceso de desconfinamiento.
Más que nunca, y como defendió la FIP la semana pasada, "La información nunca debe ser confinada. La información debe seguir siendo un bien público".
Anthony Bellanger