Hace pocos días, la caída de más de 8 horas de Facebook, Instagram y Whatsapp dejó sin servicio a más de 3500 millones de usuarixs en todo el mundo, casi la mitad de la población global. Esto reavivó una pregunta que siempre subyace: ¿qué sucede con nuestros datos? La influencia directa de las grandes plataformas de internet en nuestra vida personal, en nuestros derechos laborales y en nuestras democracias es cada vez más grande, y en todo el mundo están surgiendo proyectos para regularlas.
Una realidad que tomó fuerza durante la segunda década de los años 2000, se terminó de evidenciar durante la pandemia, en donde la dependencia de las plataformas digitales migró casi por completo al mundo del trabajo, borrando los límites entre la vida personal y la laboral de lxs trabajadorxs.
Estos efectos colaterales de la pandemia, se sumaron a los grandes volúmenes de datos que ya se vendían en el mercado publicitario de internet y las plataformas, condicionando los contenidos que recibe la ciudadanía y reduciéndolos a transacciones. El periodismo de calidad dejó de ser una prioridad y fue reemplazado por la viralidad y los “clickbaits”, que limitan la circulación de información y cercenan el derecho a recibirla. Esto tiene un efecto directo en las condiciones de trabajo de quienes producen las noticias y en las democracias que se restringen por la falta de información de calidad.
La campaña se puede visitar en fiplatina.press/precarizaciondigital y en las redes sociales de la oficina regional para América Latina y el Caribe (Instagram, Facebook y Twitter).