El autoritarismo del gobierno de El Salvador para con el periodismo de ese país tuvo su última expresión el fin de semana último cuando el presidente de ese país, Nayib Bukele, intimidó vía Twitter a la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES), organización con más de 80 años de trabajo por lxs trabajadorxs de prensa y entidad que en agosto había presentado ante la Asamblea Legislativa salvadoreña una lista de ataques al periodismo en ese país.
En un retweet a una denuncia de APES, el mandatario comentó: “Estas personas son intocables. No se les puede criticar, ni cuestionar, no han sido electas por nadie, pero tienen fuero. Ellos sí pueden criticar, atacar, acusar, calumniar, y recibir salario (entre otros) por hacerlo. Quieren que la libertad de expresión sea solo para ellos”.
Al respecto, la presidenta de la Asociación, Angélica Cárcamo, afirmó: “Es preocupante que el presidente de El Salvador en lugar de garantizar la libertad de expresión estigmatice a periodistas e implemente un discurso en el que la única prensa válida es la que está a favor de su gobierno. Este tipo de discursos no corresponden a un país democrático donde se deben respetar la libertad expresión, de prensa y el pluralismo. Es lamentable que el gobierno impulse una narrativa para estigmatizar a la prensa”.
Acerca de este acontecimiento, el Secretario General de la FIP, Anthony Bellanger, aseguró: “Es peligroso que desde la máxima autoridad del Poder Ejecutivo de un país se naturalicen los ataques a trabajadorxs de prensa porque se debilita el estado de derecho y se pierde el valor de la democracia al pretender que toda la prensa de una sociedad responda a un lineamiento político. Los y las periodistas de El Salvador deben poder trabajar en libertad”.
Asimismo, la Federación de Periodistas de América Latina y El Caribe expresó: “Rechazamos categóricamente las declaraciones del presidente Nayib Bukele y expresamos nuestra solidaridad con la Asociación de Periodistas de El Salvador (APES). Este no es un hecho aislado. De manera reiterada observamos una conducta confrontacional con la prensa crítica que es impropia en un jefe de Gobierno. El respeto al derecho a la libertad de expresión y a las instituciones que representan a los trabajadores y trabajadoras de la prensa son esenciales en toda democracia. Tal como prescriben instrumentos supranacionales refrendados por El Salvador, entre ellas la Declaración de Principios de la Organización de Estados Americanos, le recordamos al presidente Bukele que ‘la libertad de expresión no es una concesión de los Estados, sino un derecho fundamental’.
La intimidación de Bukele se produce poco después de que la APES se presentara ante la Asamblea Legislativa del Salvador para detallar el clima de hostilidad a las voces no alineadas con el actual gobierno. En ese encuentro, conducido por las vías institucionales previstas, la organización expuso decenas de ataques digitales, insultos de funcionarios y manipulación de entidades dedicadas a gestionar el acceso a la información pública en el país.
La FIP insta a las autoridades de El Salvador a hacer honor a su investidura y manejarse según las reglas democráticas que los depositaron en el poder. Al mismo tiempo, entiende que ese periodismo criticado desde el Poder Ejecutivo es el mismo que muestra las dificultades que atraviesan las y los salvadoreños, una tarea crucial para el desarrollo de la vida en sociedad que es necesario mantener a pesar de los intentos de intimidación de los gobiernos de turno.