Luego de constantes intimidaciones y ataques directos a periodistas -muchos de los cuales fueron reportados en este portal- la APES le exigió a las autoridades de ese país que actúen para detener las agresiones hacia los y las trabajadoras de prensa. El manifiesto llega días después de que el presidente del país, Nayib Bukele, criticara en una cadena nacional a distintos medios salvadoreños.
“La intención de estigmatizar a aquellos medios de comunicación y periodistas que sí hacen periodismo -y que con ello han develado preocupantes casos de corrupción, nepotismo y arbitrariedad en la actual función pública- es evidente, y busca socavar la credibilidad de la prensa no alineada para implantar la narrativa oficial como la única voz legítima. Esa actitud, que criminaliza la pluralidad de pensamiento, no solo atenta contra uno de los deberes constitucionales de la presidencia -buscar la armonía social- sino que fortalece un camino cada vez más autoritario”, denuncia el texto de la Asociación.
La publicación de APES llegó luego de que el presidente usara la cadena nacional para atacar a medios que no responden a su línea política. “En la cadena, el presidente Bukele atacó a los periódicos La Prensa Gráfica, El Diario de Hoy, El Mundo y Co-Latino, y a los medios digitales El Faro, Revista Factum y Revista Gato Encerrado. Anunció, además, que el ministerio de Hacienda ha iniciado una investigación por supuesto lavado de dinero en contra de El Faro. Por el contrario, puso de ejemplo de buen periodismo al sitio La Página, dirigido actualmente por el Consejo Nacional de Administración y Bienes (CONAB), una dependencia controlada en gran medida por el Ejecutivo”, detallaron desde la organización de periodistas.
Como Federación que promueve los derechos de los y las trabajadoras de prensa, la Federación Internacional de Periodistas insta a las autoridades salvadoreñas a cesar en su intento de construir a la prensa como un opositor y lograr un clima de tranquilidad y de plena vigencia de los derechos humanos y de expresión para una nación que tanto ha sufrido cuando el autoritarismo interrumpió las garantías que brinda la Constitución para los y las salvadoreñas.