La FIP expresa su preocupación tras el asesinato de dos periodistas y el incremento de amenazas en Colombia

Durante la semana pasada se registraron dos asesinatos a comunicadores en menos de 24 horas, hechos que se suman a múltiples amenazas denunciadas en los días anteriores. La Federación Internacional de Periodistas (FIP), organización que representa a 600.000 trabajadorxs en el mundo, repudia estos acontecimientos violatorios de la libertad de expresión e insta a las autoridades colombianas a iniciar una investigación para dar con lxs responsables. Asimismo, se declara en alerta ante el notable aumento de amenazas a periodistas en el país.

Durante la semana pasada se registraron dos asesinatos a comunicadores en menos de 24 horas, hechos que se suman a múltiples amenazas denunciadas en los días anteriores. La Federación Internacional de Periodistas (FIP), organización que representa a 600.000 trabajadorxs en el mundo, repudia estos acontecimientos violatorios de la libertad de expresión e insta a las autoridades colombianas a iniciar una investigación para dar con lxs responsables. Asimismo, se declara en alerta ante el notable aumento de amenazas a periodistas en el país. En la noche del miércoles 1 de agosto el periodista Valentín Rúa Tezada, quien se desempeñaba como locutor desde hace 15 años, fue asesinado en en el casco urbano de Suárez, en Cauca. Según lo explicado por las autoridades, el crimen ocurrió a las 9:30 p.m. de este miércoles. Rúa Tezada se encontraba en su hogar, ubicado en el barrio Centro Chapinero de Suárez, cuando contestó a una llamada en su celular y salió a encontrarse con alguien. En ese trayecto, el comunicador recibió un disparo en la cabeza que terminó con su vida. Por otro lado, el periodista y director del periódico Contacto, Jairo Alberto Calderón Plazas, fue asesinado el pasado jueves 2 de agosto, por un hombre en una moto en la región de Tulúa, Valle del Cauca. De acuerdo con la prensa local, el comunicador recibió varios impactos de bala al detenerse frente a una señal de tránsito cuando viajaba en su moto, en compañía de su pareja. El comunicador perdió la vida en el momento de reanimación durante el proceso de trasladado al hospital más cercano. Las autoridades informaron que el comunicador no había realizado ninguna denuncia, pero horas antes de su muerte recibió la visita de un hombre desconocido. Si bien aún no hay confirmaciones oficiales de que se trate de crímenes vinculados directamente con la profesión periodística, son hechos que se suman a una coyuntura de crecientes amenazas denunciadas por lxs periodistas colombianos. La Federación Colombiana de Periodistas (FECOLPER) publicó en su informe, “Arremetida contra la prensa” que desde 2015, se ha documentado un aumento progresivo de las amenazas contra periodistas como principal forma de agresión contra la libertad de prensa en el país. En lo corrido del 2018 se ha registrado un número alarmante de amenazas desde la red, que no puede ser reducido a la existencia de “reacciones agresivas de inconformes” frente a las temáticas que se informan o investigan, sino que obligan al Estado a revisar con seriedad las motivaciones, medios y responsables detrás de los mensajes amenazantes. La intimidación, el acoso y las amenazas a través de redes sociales se han convertido en un modus operandi que no sólo busca amedrentar al periodista, sino que constituye el “aviso” de agresiones directas contra su vida e integridad que tienen capacidad de materializarse. Según la Fecolper, han existido casos en los que las amenazas por redes han escalado a seguimientos, intimidaciones físicas e incluso el exilio de periodistas, sin que la Unidad Nacional de Protección (UNP) y la Fiscalía General de la Nación haya siempre iniciado medidas efectivas para investigar los hechos y proteger a las víctimas. En este marco, la FIP expresa su preocupación por la grave coyuntura que está azotando a todo el gremio periodístico en Colombia e insta a las autoridades a poner en práctica acciones de investigación efectivas que pongan fin a la impunidad y a todo método de intimidación a los periodistas, ya que se trata de hechos violatorios de la libertad de expresión, que impiden el pleno ejercicio de la profesión. Asimismo, la FIP se solidariza con los familiares y allegados de los comunicadores asesinados en Cauca y exige una investigación seria que determine a los responsables materiales e intelectuales de ambos crímenes.