Caso Hugo Bustíos: "El primer caso de crímenes contra periodistas donde se ha logrado justicia plena en Perú"

El periodista Hugo Bustíos, quien denunciaba las violaciones sistemáticas de derechos humanos cometidas por grupos terroristas y fuerzas militares, fue asesinado en 1988. Casi 35 años después, el 13 de abril de 2023, el ex ministro del interior y ex militar Daniel Urresti ha sido sentenciado a 12 años de prisión como coautor del asesinato. Hablamos con Zuliana Lainez, presidenta de la Asociación Nacional de Periodistas (ANP) del Perú y vicepresidenta de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), para conocer la lucha por la justicia de la familia Bustíos-Patiño y de la comunidad periodística, y analizar qué significa esta victoria en la batalla para poner fin a la impunidad de crímenes contra periodistas.

Créditos: Asociación Nacional de Periodistas (ANP) del Perú

¿Cómo valora la ANP la condena a Daniel Urresti, ex ministro del interior y exmilitar, que emitió el tribunal el 13 de abril?

Este es el primer caso de crímenes contra periodistas en el país donde se ha logrado justicia plena. Constituye, en sí mismo, un mensaje directo a los perpetradores de crímenes contra nuestros colegas: pueden pasar diez, veinte, treinta años, pero nadie escapa a la justicia. Desde la ANP valoramos positivamente esta sentencia. Además, se trata de un mensaje esperanzador para todas esas familias que esperan justicia. En Perú, entre la década del 80 y el 2000, época de violencia en el país, más de cincuenta periodistas fueron asesinados. Algunos de esos casos están judicializados, en etapa de juicio oral -como el caso de Jaime Ayala, periodista en condición de desaparecido- y Melisa Alfaro, ex jefa de informaciones del semanario Cambio, asesinada por la explosión de un sobre bomba enviado a la redacción en la década de los 90. 

¿Quién era el periodista Hugo Bustíos y por qué han tenido que transcurrir 35 años para que se haga justicia?

Hugo Bustíos era un periodista local, de Huanta, una localidad ubicada en la región de Ayacucho. Era corresponsal de la revista Caretas y trabajó para la radio local Huanta 2000. También fue presidente de la filial en Huanta de la ANP. En la década que lo asesinaron (1988), Ayacucho era una región afectada por la violencia brutal del grupo terrorista Sendero Luminoso y, al mismo tiempo, era víctima de las violaciones de derechos humanos perpetradas por las fuerzas del orden.

El gobierno peruano declaró el estado de emergencia en Ayacucho en 1980, y los militares fueron enviados a la zona. Inicialmente, las operaciones militares se centraron en establecer la presencia del Estado en la región y proteger a la población civil. Sin embargo, con el tiempo, los militares comenzaron a utilizar tácticas más agresivas, como la tortura, las ejecuciones extrajudiciales y las desapariciones forzadas, en su lucha contra Sendero Luminoso. Estas tácticas violentas generaron graves violaciones de los derechos humanos.  

Hugo Bustíos, en su condición de periodista, denunciaba los actos perpetrados por Sendero Luminoso y las violaciones de derechos humanos cometidas por los militares, lo que lo convirtió en alguien incómodo para las fuerzas del orden. Especialmente, cuando sus reportajes y fotografías trascendían el ámbito local, al publicarse en una revista de alcance nacional, como Caretas.

Por aquel entonces, Daniel Urresti, sentenciado por la muerte de Hugo Bustíos, era jefe de inteligencia y contrainteligencia de la base militar de Castropampa, desde donde se planeó el asesinato del periodista.

 

Cuando Hugo Bustíos fue asesinado en 1988 era presidente en funciones de la ANP en la región de Huanta, en el departamento de Ayacucho. ¿Cuál ha sido el papel de la ANP en esta lucha por la justicia?

Es extremadamente duro conseguir justicia en Perú porque el sistema juega al desgaste. Esta ha sido una batalla legal y moral, larga, desgastante, difícil, compleja, pero el gremio, durante estos casi 35 años, ha resistindo. La ANP y también la FIP. Cuando Hugo Bustíos es asesinado, con una crueldad aberrante, -no solo se le dispara, sino que se le detona un explosivo en el cuerpo-, se encontraba acompañado de Eduardo Rojas Arce, colega periodista que logra salir con vida del atentado. La FIP desplegó esfuerzos supremos para poder sacarlo del país y preservar su vida, al haber sido testigo ocular del crímen. Desde el 24 de noviembre de 1988, la batalla por la verdad y justicia emprendida por la familia, el gremio y las organizaciones de derechos humanos del país no ha cesado. No nos ha ganado el cansancio. Margarita Patiño, viuda de Hugo Bustíos, falleció hace algunos años en un accidente de tráfico sin conocer la justicia. Su hija, la también periodista Sharmelí Bustíos, ha sufrido ataques constantes por parte del acusado, que durante todo el proceso no dejó de menospreciar los argumentos de la defensa, descalificó testigos e impuso su prepotencia.

Durante el juicio se puso en duda la condición de periodista de Hugo Bustíos. ¿Cuál cree que fue el motivo detrás de este cuestionamiento? 

Probablemente, ese fue uno de los argumentos de la defensa del acusado que causó una mayor indignación en el gremio y entre sus colegas. Querer cuestionar la condición de periodista de quien ejercía la actividad informativa para prensa escrita y radio es mezquino. La defensa buscaba que se dejara de ponderar el valor que tenía su papel como informador, pretendiendo que se le considerara como colaborador ocasional. La revista Caretas fue muy activa en la defensa del caso Bustíos y en la búsqueda de justicia. La publicación, hasta día de hoy, nunca ha abandonado a la familia. Al contrario, acompañaron a Margarita Patiña, viuda del periodista, al lugar de los hechos, y desde las páginas del medio, siempre se han hecho eco de la batalla por la justicia.

¿Qué representa la condena a Daniel Urresti, quien pasará 12 años en prisión como coautor del asesinato del periodista, para la libertad de prensa y los valores democráticos?

La sentencia genera un precedente importantísimo para la lucha contra la impunidad en crímenes contra periodistas. El Caso Bustíos, es uno de los emblemáticos en Perú y la región, como lo fue en su momento el Caso de José Luis Cabezas, en Argentina o Tim Lopes, en Brasil. No solo por lo que significó el crimen en sí para la familia, para el gremio, para el periodismo, sino además porque el acusado era un ex militar de alto perfil público. Ex ministro del Interior, ex congresista de la República, candidato a la alcaldía de Lima y candidato presidencial. Una persona con un activo perfil mediático, quien ingresó a la vida política en un intento de esquivar el peso de la justicia.

Por ello saludamos gremialmente la independencia de los operadores de justicia. La justicia es una condición esencial de la democracia y el combate a la impunidad rompe el círculo vicioso de violencia contra nuestros colegas. Esta sentencia constituye un desagravio para la familia, para los periodistas de Huanta y para el gremio en general.

This interview has been conducted by Natàlia Queralt, Communications and Campaigns Officer at the IFJ.