Surveillance des journalistes

Le groupe d'experts de la FIJ sur la surveillance des journalistes est un organe composé de responsables et militants issus de syndicats affiliés qui surveillent et combattent la surveillance secrète des journalistes. 

Nous publions des exemples de professionnels des médias étant surveillés, nous encourageons les journalistes à adopter des pratiques défensives et nous faisons pression sur les gouvernements et les organismes internationaux pour créer des conditions dans lesquelles une telle surveillance n'est pas légale, pas possible, ou les deux. 

Le groupe est présidé par Tim Dawson, de la National Union of Journalists In Britain and Ireland. Il peut être contacté via la FIJ.

Lors d'une réunion tenue le 27 juillet 2021 et en réaction aux récentes révélations sur l'utilisation du logiciel Pegasus de NSO pour espionner les journalistes, le groupe d'experts a adopté la déclaration ci-dessous. Il cherche à la faire adopter par les syndicats de journalistes du monde entier et présentera cette déclaration aux gouvernements nationaux et aux organismes internationaux à l'automne 2021.

Déclaration du groupe d'experts en surveillance de la FIJ

"Au cœur d'un journalisme de qualité se trouve la capacité de garantir aux sources qu'elles peuvent partager des informations en toute confidentialité. C'est par ce biais que les journalistes démasquent une bureaucratie inefficace, une criminalité non détectée et la corruption qui porte atteinte à la bonne gouvernance.

Des outils de surveillance sophistiqués peuvent potentiellement nuire à cet objectif, que ce soit volontairement ou par accident.

La technologie numérique multiplie les possibilités pour les organismes publics et autres de porter atteinte aux liens de confiance entre les journalistes et leurs sources. Les enregistrements téléphoniques peuvent être consultés. Les communications électroniques peuvent être surveillées. Les données historiques stockées sur des plateformes numériques peuvent être copiées. La reconnaissance faciale peut être utilisée pour relier des individus entre eux. L'intelligence artificielle peut être déployée pour reconnaître des modèles de contact.

Les droits des lanceurs d'alerte doivent être définis par la loi. Au niveau national et international, le droit devrait également donner aux journalistes les moyens de garantir la discrétion dans leur travail. Lorsqu'un organisme d'État cherche à contraindre un journaliste à divulguer ses sources d'information ou d'autres éléments obtenus à titre professionnel, la demande doit être publique et soumise à un contrôle judiciaire.

Les journalistes doivent redoubler d'efforts pour protéger leurs propres données. Ils doivent notamment utiliser plusieurs téléphones, y compris des téléphones jetables qui sont moins susceptibles d'être piratés par Pegasus, et adopter des "techniques" pour s'assurer que leurs téléphones ne soient pas en mesure de trahir chacun de leurs mouvements ni d'être aux premières loges de leurs réunions les plus sensibles.

La FIJ demandera à ses syndicats affiliés d'organiser des réunions/séminaires pour ses membres, en coordination avec d'autres professions concernées, afin de débattre du droit de savoir quel type d'information leur gouvernement collecte sur ses citoyens, y compris les journalistes, à quelle échelle et sur quelle base légale, ainsi que de la portée, de la signification ou de la constitutionnalité des lois de surveillance dans leur pays.

Les gouvernements doivent inscrire dans leur législation nationale l'inviolabilité des communications des journalistes, à la fois de manière abstraite et dans le cadre de lois et réglementations spécifiques telles que celles relatives à la surveillance nationale. Toute atteinte à ces protections doit être combattue.

En tant que groupe d'experts, nous nous adresserons aux avocats, au corps médical, aux travailleurs sociaux, aux comptables et à toutes les autres professions qui dépendent du secret professionnel, et nous créerons un mouvement mondial fort et coordonné pour limiter les pouvoirs de surveillance incontrôlés de nos gouvernements. 

La communauté internationale doit mettre en place un régime réglementaire permettant l'inspection et la réglementation de toutes les organisations fournissant des produits susceptibles de porter atteinte à ces libertés fondamentales."

News

México: el Ejército compró el software Pegasus en 2019 y desde entonces al menos dos periodistas han sido espiados

De acuerdo a una investigación colectiva realizada por el portal Animal Político, la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), la revista Proceso y Aristegui Noticias, la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) compró a principios de 2019 el sistema creado por la empresa israelí NSO Group, y ese mismo año se habrían infectado los teléfonos de dos periodistas y un defensor de los derechos humanos. La Federación Internacional de Periodistas junto al Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa de México repudia este nuevo hecho de espionaje ilegal sobre trabajadorxs de prensa y la reiteración en el uso de un software que ya había sido denunciado en 2017, y exige al gobierno mexicano el cese inmediato del uso del mismo por parte de toda dependencia del Estado que lo haya adquirido.

Al menos dos periodistas fueron espiados con el software Pegasus entre 2019 y 2021, período que coincide con una compra del sistema de vigilancia realizada por la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena), organismo dependiente del Poder Ejecutivo que administra al Ejército y la Fuerza Aérea. A pesar de que en reiteradas ocasiones el presidente Andrés Manuel López Obrador afirmó que durante su gestión no se realizarían estas maniobras de espionaje, la información recopilada por el colectivo de hackers Guacamaya y analizada por el portal Animal Político, la Red en Defensa de los Derechos Digitales (R3D), la revista Proceso y Aristegui Noticias confirma que la Sedena adquirió el sistema Pegasus el 12 de abril de 2019, en los comienzos de la presidencia del actual mandatario.

En uno de los correos electrónicos filtrados en el hackeo se encuentra el oficio que demuestra la compra, el cual está clasificado como "secreto" y se refiere a un contrato destinado al "servicio de monitoreo remoto de información".

De acuerdo a lo revelado en esta investigación, Pegasus fue utilizado para espiar por lo menos a tres personas: un periodista del portal Animal Político, cuya identidad se mantiene en reserva por pedido de él mismo; el comunicador Ricardo Raphael, y el defensor de derechos humanos Raymundo Ramos. Sus teléfonos fueron analizados por el Citizen Lab, de la Universidad de Toronto, que confirmó que estaban intervenidos con el sistema de vigilancia. Al momento de la infección de sus dispositivos, los dos periodistas se encontraban realizando investigaciones sobre violaciones a los derechos humanos por parte de las Fuerzas Armadas.

En 2021 ya había trascendido otra investigación colaborativa, en ese caso del grupo Forbidden Stories, llamada The Pegasus Project. En ella se confirmaba el uso del software de la empresa israelí NSO Group en al menos 180 periodistas de todo el mundo, 26 de los cuales eran mexicanxs. En junio de 2017, otro informe ya alertaba del uso de Pegasus en México contra personas defensoras de los derechos humanos y periodistas por parte del gobierno de Enrique Peña Nieto, cuya administración está señalada por adquirir el sistema y aplicarlo a más de 15 mil personas, convirtiendo a México en el cliente más grande de esta compañía. 

El Sindicato Nacional de Redactores de la Prensa (SNRP) de México, en un comunicado demanda “al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador una indagatoria a fondo y el esclarecimiento de las versiones y denuncias públicas respecto de que las Fuerzas Armadas, (particularmente el Ejército mexicano) bajo su mando y responsabilidad, han adquirido y utilizado programas de espionaje y seguimiento no autorizado a periodistas y defensores de derechos humanos”. Además agrega: “El SNRP condena enérgicamente el que desde entes gubernamentales o privados se vengan utilizando, en este gobierno y en anteriores, mecanismos ilegales de escucha (Pegasus y otros) para conocer de la actividad de ciudadanos mexicanos”. El comunicado concluye exigiendo que “el Ejecutivo federal cumpla con su promesa de esclarecer las denuncias existentes en torno al espionaje practicado en administraciones de gobiernos anteriores y con el compromiso de que en su sexenio no se realizaría ningún tipo de escucha o seguimiento a periodistas o defensores de derechos humanos”.

La Federación Internacional de Periodistas suscribe a lo expresado por su organización afiliada y exige al gobierno de México el cese inmediato del uso de sistemas de vigilancia contra trabajadorxs de prensa y personas defensoras de los derechos humanos. La vigilancia ilegal llevada adelante desde el Estado contra periodistas es un grave ataque a la libertad de expresión, dado que estas prácticas comprometen no solo la seguridad de lxs comunicadorxs sino la de sus fuentes, sus colegas y sus familias, fortaleciendo el manto de impunidad que ya ensombrece al país.

Para más información, contactar con la FIP en el tlf. + 32 2 235 22 16

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