FIP: Ahora que Meldpunt está en marcha, ¿qué está haciendo su sindicato para contrarrestar el acoso en línea?
Creamos la plataforma hace un par de años con el objetivo de registrar todas las posibles denuncias e incidentes de agresión contra periodistas, ya sea en línea o en persona. Nos inspiramos en la Plataforma del Consejo de Europa para la seguridad de los periodistas, que es el formato que utilizamos en nuestra página web. Es una buena herramienta para visibilizar los ataques contra periodistas y estimular a los/as profesionales de los medios a denunciar todos los incidentes. Por supuesto, es una tarea burocrática y no todos los/as periodistas están dispuestos a denunciar, a menos que sean realmente importantes y haya que hacer algo. También tenemos un foro específico, pero no les pedimos que lo utilicen si no quieren. Asimismo, pueden contactarnos por teléfono. Los procedimientos o las formalidades no son en absoluto importantes, pero son una manera de hacerles saber lo que necesitamos, por ejemplo, información para poder gestionar las quejas. Cuanta más información tengamos, más eficaz será la respuesta. Por supuesto, no siempre es posible si se trata de cuentas anónimas, pero intentamos ayudar a la persona que denuncia con la mayor eficacia posible. También presentamos algunas de las denuncias a otros actores como la Federación Internacional y la Federación Europea de Periodistas, el Centro Europeo para la Libertad de Prensa y de los Medios de Comunicación (ECPMF) o la Plataforma del Consejo de Europa. Además, intentamos publicar un informe al menos una vez al año para visibilizar estos problemas.
FIP: Los resultados pertenecientes a los primeros meses del año 2022 muestran que se producen más incidentes al informar desde el terreno que en línea. ¿Reciben muchas denuncias de ciberacoso?
Los/as periodistas que son más visibles, como los que aparecen en pantalla, o los que son muy ruidosos en sus redes sociales son más propensos/as a recibir abusos en línea. Sin embargo, los/as periodistas tienden a denunciar menos los incidentes de ciberacoso porque ocurren constantemente. Hay colectivos que son más vulnerables al acoso en línea, como las personas de color, las mujeres, o las personas que informan sobre temas delicados. Siempre es una cuestión de '¿merece la pena denunciar?’ Tuvimos un caso muy significativo, el de la periodista Samira Atillah. Samira ha denunciado abiertamente su situación de ciberacoso y las intimidaciones que ha sufrido tanto en línea como en persona durante muchos años. En el medio de comunicación dónde trabaja no existe un protocolo a seguir para este tipo de situaciones difíciles, porque también implica trolling, campañas orquestadas por cuentas anónimas y, en el caso de Samira, ella recibía llamadas telefónicas con voces de robot. ¿Entonces, cómo se puede afrontar el ciberacoso de manera eficiente? La periodista presentó varias denuncias ante la policía, tiene un muy buen abogado, la apoyamos desde el sindicato, su editor jefe también la respaldó. Pero el problema es que sigue siendo vulnerable.
FIP: ¿Qué tipo de apoyo recibe la persona que denuncia?
El/la periodista sigue siendo siempre el titular de la denuncia y puede decidir lo que debe hacer. No retiramos esa queja y la tratamos de forma autónoma. Por nuestra parte, hacemos campaña para conseguir un mejor marco legal para tratar estos casos, y presentamos denuncias ante la policía. Evaluamos la situación y tratamos de resolverla de la mejor manera posible. Una respuesta legal siempre es posible, pero si se desconoce la identidad de quién está detrás de los ataques, es muy difícil. También proporcionamos información a los/as periodistas. Publicamos este folleto.
FIP.: ¿Cree que la actitud de la policía hacia el ciberacoso ha cambiado en los últimos años?
No, no ha cambiado demasiado. No es algo malo, es sólo que el problema está en todas partes, y no saben por dónde empezar. Gran parte del acoso se lleva a cabo desde el anonimato. Por eso, no se puede culpar a la policía por no actuar cuando muchos parámetros son confusos. Una de las propuestas que está sobre la mesa a nivel ministerial es endurecer el castigo para los infractores. Eso sería un avance.
FIP: Como asesora jurídica, ¿cree que el marco jurídico belga es adecuado para hacer frente al acoso en línea?
No, tenemos que perfeccionarlo, especialmente el código penal. A nivel europeo, la DSA -la Ley de Servicios Digitales- se ocupa de la incitación al odio en línea. La incitación a la violencia ya es un caso legal. Pero al mismo tiempo, parece muy difícil condenar a alguien. Tenemos que perfeccionar la ley y encontrar una forma más eficaz de tramitar las denuncias.
FIP: ¿Han adoptado los medios de comunicación flamencos directrices o protocolos internos para hacer frente al acoso en línea?
No. Lo que nos dicen los/as periodistas es que los medios reaccionan caso por caso, pero no han adoptado un marco sistemático.
FIP: ¿Supuso el caso de Samira Atillah un punto de inflexión en este ámbito?
Sí. Y supongo que usted también se da cuenta de por qué. En Flandes se investiga mucho sobre los temas de acoso en línea y siempre es el mismo escenario: muy pocas personas se sienten inclinadas a hablar del ciberacoso que sufren y, si lo hacen, quieren permanecer en el anonimato. Y sólo estamos hablando de participar en una investigación académica. En cambio Samira está dispuesta a hablar y es muy valioso, no sólo para su caso sino también para sus colegas. Este tipo de casos sientan un precedente y, por eso, suponen un impulso para cambiar las cosas, para poner la cuestión en la agenda.
FIP: ¿Cómo podría la FIP apoyar de forma más eficiente a los/as afiliados/as de su sindicato e, indirectamente, a las redacciones de los medios de comunicación?
La concienciación es importante y se trata de un trabajo continuo. Es algo que debería repetirse una y otra vez. Documentar los casos.
FIP: ¿Recomendaría alguna herramienta o buenas prácticas?
La Asociación de Periodistas Profesionales (AJP), la parte francófona de nuestra asociación, trató el caso de la periodista Myriam Leroy (NDLR: Myriam Leroy ganó en el tribunal penal) que ilustra que no siempre el agresor sale impune en los casos de ciberacoso.
