Editorial: El periodismo de mañana sin las ideas del pasado

El debate sobre el futuro del periodismo ha existido siempre, ya fuera por crisis económicas o por los avances tecnológicos. La pandemia de la Covid-19 no tiene precedentes en nuestras sociedades y va a traer consecuencias sociales y económicas que aún somos incapaces de medir. En la FIP ya estamos mirando hacia el futuro.

[Translate to Spanish:] Credits: IFJ / Nathana Rebouças

Definir el futuro del periodismo es una cuestión primordial. Expertos de todo el mundo han vaticinado que la crisis de la Covid-19, que ha parado la actividad de casi 4.000 millones de ciudadanos en todo el mundo, cambiará radicalmente la forma en que vivimos, pensamos, nos alimentamos y nos comportamos. Y antes de nada, necesitaremos un ambicioso plan de futuro para salvar el planeta.

Sin embargo, parece que todos estos buenos propósitos ya están siendo ignorados al tiempo en el que muchas de las regiones afectadas empiezan el desconfinamiento: la economía de la desigualdad está recuperando su lugar como único motor de la vida cotidiana; la violencia social, hasta ahora confinada, se está multiplicando en todo el planeta; y el clima, que ha disfrutado de un breve respiro de tres meses, tendrá que seguir esperando a que se llegue a un acuerdo global.

Ante esta situación, la FIP decidió desde el principio ponerse a trabajar en el futuro y no esperar a palabras vacías para construir un verdadero plan de recuperación para el sector de los medios de comunicación. Así, la FIP publicó la Plataforma Mundial para el Periodismo de Calidad y la puso a disposición de toda la profesión.

Esta plataforma, que se ha convertido en un documento de referencia, recibió el apoyo inmediato de todas las federaciones mundiales de trabajadores, que representan a varios cientos de millones de miembros, y también el de nuestros afiliados en todo el mundo.

La medida más significativa de la Plataforma Mundial de la FIP para el Periodismo de Calidad es, sin duda, la creación de un impuesto sobre los ingresos generados en los territorios nacionales por las principales plataformas digitales. Estas plataformas han aprovechado la crisis mundial para obtener beneficios cada vez mayores. El año pasado, estas ganancias se estimaron en más de 900 mil millones de dólares. No se trata de un impuesto injustificado, sino de un retorno justo a las fuentes de estos ingresos, a la financiación de un periodismo independiente y de calidad que permita mantener la verdadera democracia en todo el mundo.

Es un nuevo modelo económico. El futuro del periodismo no puede imaginarse sin este impuesto, que debe beneficiar primero a los periodistas, quienes, recordemos, deben trabajar con total seguridad, basarse en la Carta Ética Mundial de la FIP y recibir un salario digno.

La FIP ha hecho un llamamiento a todos sus grupos y afiliados regionales para que inicien negociaciones con los gobiernos y los representantes de estas importantes plataformas digitales, principalmente Google y Facebook, que no pagan impuestos en sus territorios nacionales mientras obtienen ingentes beneficios en ellos.

El plan de recuperación de la FIP para un periodismo de calidad propone, por lo tanto, una nueva financiación para el sector que debe ir acompañada de un ambicioso apoyo político para revitalizar las redacciones y las condiciones de trabajo de los/as periodistas profesionales (incluidos los periodistas freelance).

La FIP exige que los ingresos generados por el impuesto sobre los gigantes tecnológicos sean destinados a medios de comunicación de servicio público, medios de comunicación privados y medios de comunicación nacionales y locales, siempre y cuando estas empresas respeten el diálogo social y el derecho sindical de acuerdo con los convenios de la OIT; no despidan a trabajadores si obtienen beneficios; hagan públicas y transparentes las cuentas anuales; y exijan el respeto de la diversidad y la igualdad de género.

Los desafíos a los que se enfrenta la profesión son numerosos. La FIP por sí sola no puede asumirlos y debe contar con el apoyo de todos sus miembros, que luchan por más justicia social y equidad.

La información nunca debe ser confinada. La información debe seguir siendo un bien público.

No podemos prepararnos para el mundo de mañana con las ideas de ayer. Esta es también la responsabilidad social de los periodistas y los/as sindicalistas.

Anthony BELLANGER

Secretario General de la FIP