
El periodismo freelance ha dejado de ser una forma de trabajo “atípica”. En una gran cantidad de países la mayoría de periodistas lo hacen como freelancers.
Aunque que muchos/as de ellos valoran la libertad, variedad y flexibilidad que les permite trabajar de forma independiente, muchos/as otros/as preferirían tener un trabajo tradicional pero se ven obligados a trabajar como falsos autónomos y sin contrato por medios de comunicación que violan las leyes locales de trabajo para ahorrarse el pago de beneficios sociales.
Estos medios roban los derechos de los y las periodistas, su salario, pensiones y beneficios. Cada vez hay más precariedad laboral en el mundo y en el caso del periodismo, socava la calidad de la profesión y empobrece a sus trabajadores. En algunos países las leyes incluso llegan a impedir que los y las periodistas freelance puedan afiliarse a un sindicato. Sin embargo, los sindicatos están defendiéndose ayudando a estos/as profesionales a organizarse y tener una voz colectiva en favor de mejores condiciones laborales.
Los contratos y tarifas por su trabajo, formación, igualdad de género, derechos de autor y los estándares profesionales son los principales problemas a los que se enfrentan los y las periodistas freelance.
La FIP trabaja junto con sus organizaciones afiliados para:
- Asegurar contratos y precios fijos
- Acabar con los abusos y la precariedad laboral
- Defender los derechos de autor
- Ofrecer programas de formación
- Defender estándares profesionales
- Desafiar el trabajo gratuito y las condiciones de trabajo indignas
- Ayudar a que los freelancers formen o se unan a un sindicato.
