La convulsionada vida política de Bolivia, está repercutiendo negativamente en la seguridad de los periodistas y en el libre ejercicio de la profesión.
En Santa Cruz de la Sierra insultaron y agredieron al periodista Julio Peñaloza, perseguido por sus críticas a las pretensiones secesionistas del gobierno local. En el ataque que recibiera en la Plaza de Armas de la ciudad, casi fue linchado por una multitud cuando estaba desarrollando su labor profesional.
Días antes y en esa misma ciudad, un grupo de desconocidos ingresó violentamente al canal 7 de Televisión estatal e intentó incendiarlo. Expulsados del lugar, dejaron catorce litros de gasolina y algunos cócteles Molotov, informó el director del canal Jaime Jaramillo, quien también denunció las repetidas amenazas que vienen recibiendo por teléfono.
Varios medios bolivianos, como el diario “La Razón”, indicaron que los agresores serían miembros del movimiento Unión Juvenil Cruceñista, caracterizado por su oposición violenta al gobierno nacional y que ya cometió un atentado con explosivos en el mismo Canal 7, el pasado 8 de septiembre.
En la ciudad de La Paz, un grupo de veinte personas asedió las sedes de dos televisoras privadas, Unitel y Periodistas Asociados de Televisión, PAT, en los primeros días de diciembre, para denunciar sus líneas editoriales contra las aspiraciones secesionistas. La intervención de la policía pudo evitar en el último momento que se generaran incidentes violentos. El principal accionista de PAT es Carlos Mesa, ex presidente de la República en el periodo 2.003-2.005.
En la ciudad de Cochabamba, militantes del Movimiento Al Socialismo, MAS, el partido del presidente Evo Morales, agredieron a Julio Saavedra, de Radio Betel, a Franz Navia, de la emisora Radio Centro, y a un camarógrafo de la televisora Canal 52, acusándolos de ser "cómplices de la oposición". Los periodistas resultaron con heridas leves.
En San Julián, Wilson Gallardo, fotógrafo de “El Nuevo Día”, recibió una pedrada en la nariz y el camarógrafo de ATB, Silvio Aráoz, fue pateado en la espalda, cuando cubrían un enfrentamiento entre manifestantes y la policía.
En Cochabamba, el periodista del diario “La Razón”, Iván Canelas, y el fotógrafo de ese medio, Fernando Cartagena, fueron agredidos por policías cuando cubrían una protesta de jóvenes simpatizantes del MAS, en las puertas de la Prefectura.
La situación para la prensa boliviana todavía podría agravarse más con un proyecto de ley anticorrupción, que prevé prohibir que la prensa hable de las investigaciones que se encuentren en curso. El debate en el Congreso sobre ese proyecto debería reanudarse el 19 de diciembre.