La Federación Internacional de Periodistas (FIP) hace un llamamiento urgente para detener la ola de violencia contra periodistas y medios de comunicación en México, que ha vivido su último episodio cuando un grupo de presuntos narcotraficantes lanzaron anoche una granada y ametrallaron las instalaciones de la cadena Televisa en pleno centro de la ciudad de Monterrey, sin que nadie resultara herido.
Los asaltantes dejaron por escrito sus amenazas a los periodistas, que informaron en directo de lo que sucedía. Después, la policía acordonó la zona.
“Las autoridades no pueden seguir eludiendo la necesidad de hacer frente a los tremendos ataques que sufre el periodismo mexicano”, ha dicho Paco Audije, Secretario General Adjunto de la FIP, “escudándose en que la violencia es un fenómeno generalizado. México se ha convertido en un país muy peligroso para los que trabajan allí por una información libre, que es un derecho esencial de los ciudadanos”.
La FIP respalda la valiente declaración de los periodistas de la emisora atacada, que en sus informativos declararon rechazar los intentos de acallar sus voces y se declararon dispuestos defender la libertad de expresión de toda la ciudadanía mexicana.
“En los últimos días del año pasado, algunas autoridades relativizaron el nivel de las amenazas que sufren los periodistas y pusieron en duda que la mayoría de los periodistas asesinados lo fueran por ejercer su oficio”, ha añadido Paco Audije. “Eso –ha concluido- no hace sino reforzar el atrevimiento de los grupos de delincuentes que ejercen esa violencia”.
En un reciente informe de la FIP sobre periodistas asesinados en 2008, México figura como uno de los países más peligrosos para el ejercicio de la profesión. El año que acaba de terminar, una decena de periodistas perdieron la vida por ejercer su profesión. La FIP y su grupo latinoamericano, la FEPALC, mantienen una campaña contra la impunidad de esos crímenes.
Si desean más información pueden llamar al teléfono de la FIP +32 2 235 2207
La FIP representa a unos 600.000 periodistas en 123 países